
Cuando el sueño se trasforma en vigilia,
pude oír a las paredes de mi habitación murmurar.
La mesa llena de recuerdos y poemas me miraba como diciendo:
¿Dónde esta tu amor?
En mi pecho mi corazón parecía sobresalirse,
se quería escapar, huir de esta fría habitación.
Los sonidos del silencio gritaban ironías a mis oídos y
la pregunta llego a mi frente –
¿Dónde está tu amor?
Allá afuera oía a los perros ladrar,
no se que decían, solo se que la noche es asesina de poetas.
Si suena a un absurdo, esta es mi absurda realidad.
Déjame un poema decía el viento; no quise oír.
Una luna brillante y menguante, como por mera casualidad
se vio através del cristal, convenciendo a mi iris que ella es mi amor.
Deje de mirarla.
Mire a mi interior, ahí me estaba esperando la imaginación,
que en mi mente decía: déjame ser tu amor;
deje de imaginar para resolver la lógica ecuación y
pensar donde estará mi amor.
Cuando daba por terminada esta dulce y melancólica poesía.
Oí una voz muy tierna susurrar una frase a mi oído.
(Temí porque mi habitación estaba vacía)
- ¡déjame ser tu amor, que es la única que tienes,
yo soy tu verdad, la cual jamás te voy abandonar!
¿Quién eres?- pregunte confuso y con miedo.
-yo soy tu reina, tu amor, déjame besarte entre estos versos vacíos.
Yo soy la “soledad”.
Desconcertado no sabia que contestar;
pero cupido ya había herido de amor mi corazón.
-déjame ver si este poema lo quiere quien es dueña de mi amor,
Si este poema llega a sus manos y de sus manos al corazón.
¡OH! Soledad de mí te podrás olvidar…